miércoles, 21 de marzo de 2007

"No puedo ni debo..."

Una y cinco de la noche, y
Aún perturba mi cerebro esa frase tuya
Aquella de “No puedo ni debo”.
Busco y rebusco en mi enmarañada imaginación
y la verdad es que no hallo respuesta alguna
(y eso que ya van dando las dos y treinta y algo más).

Se me ocurre hacer de juez del diablo,
y defender tu tesis con los mejores argumentos
para darte la razón y hacerte ver
que ganarás el tema en cuestión.

Como primer alegato diremos que
Vivimos tan alejados que resulta fatigado
Amarnos diariamente, acaso hasta el fastidio
(pero de seguro ya estas pensando
que ni el tiempo ni la distancia han sido impedimento
para que yo te ame desde tiempos inmemoriales {eso quiero pensar...})

Como segundo alegato diremos que
Nos separan los sentimientos anodinos del pasado
Incomparables a este infantil idilio
(pero de seguro ya estas pensando
que en nuestro escabroso caminar
sufrimos mucho para podernos amar)

Como tercer alegato diremos que
nos separa esa forma prosaica que tengo de amar
en contubernio con mis famélicos besos
(pero de seguro ya estás pensando
que la fortuna está de nuestra parte
porque es un romance prístino y lleno
de pequeños detalles que nadie más ha tenido {eso quiero creer...})

Como cuarto alegato diremos que
Soy una pésima amante
Y que no satisfago tus requerimientos masculinos
(No te miento: mi pecho se estruja
y mi dignidad solloza en desconsuelo, por eso te pido
que no me digas lo que estás pensando)

Como podrás ver, has perdido en primera instancia
Pero puedes apelar, puesto que la es justicia ciega
Algún día te otorgue la razón.

Yo, humana, con defectos y virtudes,
Apelo sin embargo al juicio de tu corazón
(Y argumentando que mi amor es sincero,
Cargado de sentimientos especiales que solo
Tú has podido disfrutar, despertar y anidar)
Para que destierres esa frase, pues
Ni el tiempo ni el espacio, nada ni nadie
Podrá separar lo que nosotros hemos creado
(salvo que deseemos finalmente ello)

Ah! Y si algo realmente nos separa
Es un poco de piel, aquella que no nos permite
Tocarnos el alma y sentir como nuestras vidas
vibran al ritmo de nuestros nombres,
laten al compás de cada una de nuestras caricias
y sufren por nuestras querellas...

No hay comentarios.: