sábado, 17 de febrero de 2007

"La cita.."

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Sigiloso es el encuentro de los amantes, premeditado con alevosía. Más, no en nocturnidad, el atardecer dorado testigo importuno seria.
Resuman oleosa resina los pinos del frondoso bosque, donde lugar tiene la cita; el aroma acre y agreste por doquier se respira. Caldeada de sol la flora,de sopor la tierra ahíta; encendidos dos entes, por el correr de la sangre que, en las venas resucita. Dos cuerpos vibrando. Un par de corazones henchidos de placer y lozanía. Latiendo de pasión, nerviosos, de anticipaciones sugeridas.
Vuelan las manos, por entre los botones de la varonil camisa, de expectación él estalla, con fogosidad contenida. La mirada perezosa se le derrama, sobre la sonrisa sensual que, traviesa, ella le dedica. Caricias de palmas suaves, huellas silentes cual mariposas coloristas,rememorando sabor a miel y fragancias a ropa desvestida.
Se buscan los labios, con voracidad reprimida y sus besos se encuentran en mitad de la partida. Ambos con sed y hambre; decididos y locos por suprimirla.
En un abrazo se unen, ternezas en el cofre del sentir la vida que, rebosan en esa hora que les ha sido ofrecida. El tiránico reloj, les apremia en su cruzada intempestiva, derroches de promesas, gracias presentidas. Ya se les finiquita el tiempo, maldita la luna que asoma su respingada naricilla y el crepúsculo rosado se cuaja de estrellas, de galas vestidas. Se dicen adioses con las ansias agotadas y la piel remisa, a abandonar lo que desearon tanto, en madrugadas de vigilia.
Mas le quedara grabado el recuerdo en el aposento de la memoria revivida. ¡Ay! aquella bendecida tarde en que al fin desplegaron las alas y se dejaron mecer al son del amor y la dicha. Perdidos la razón, lleno de gloria el cuerpo, y el alma de éxtasis ungida.

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