Mis decisiones me llevan muchas veces a caminos que no planié, por ahí que mucho no me gusta como se enrumban, pero son estas las que me hacen ser lo que hoy soy. Son ellas que me hacen recordar el valor de mis principios y la importancia de mi carácter, ¡mi esencia! Y son ellas que están presentes en mi mente a través de cada recuerdo ya vivido. Fue a través de ellas que llegué hasta aquí hoy. Y si pudiera volver en el tiempo confieso que no mudaría absolutamente nada, pues veo que ninguna decisión que he tomado fue en vano. Y se equivoca aquel que cree que no puedo escoger caminos de realización siguiendo rumbos inesperados.
Mis decisiones pueden ser difíciles pero yo las encaro de frente. Encaro para no decir que me arrepentí de no haber hecho o de no haber intentado. Encaro puesto que es la única certeza que hoy tengo para decir con convicción y seguridad que nada fue en vano, nada. Todo valió la pena y fue por algo que las decidí, ni aún con mis errores y mi esporádica falta de fe en mi misma. Nada fue perdido. Comienzo por la conquista de mi misma, la conquista de la única persona que puede realmente liberarme... ¡Soy yo!
Pueden juzgar mi manera de ser, ese optimismo que a algunos puede chocar, pero la verdad es que si veo las cosas en forma negativa, hará que mi mañana no sea el que tanto soñé... Y la verdad que no tengo ganas de perder mi única oportunidad de vivir, porque solo tengo una sola vida y la viviré a mi manera, con mis manías y locuras, con aquellas características que contadas personas conocen por completo de mi... Así que a viva voz pueden saberlo que soy yo mi propia libertadora y que conquistaré mi vida para crear el mundo en el que deseo vivir... Y sepan también que en mi vida solo estarán presentes ciertas personas, con las que me siento completa y llena, ya que me cansé de fraccionarme para que entiendan mi forma de ser, mi esencia... Quién logré aceptarme sin más ni menos y se deje llevar, tiene asegurado un lugarcillo importante en mi corazón.